LA MAGIA DEL TEATRO
En la sesión de clase de hoy hemos apartado todas las mesas hacia el final de la clase para disponer de espacio. En primer lugar hemos hecho un círculo grande en el que hemos realizado varias acciones: pasar una palmada de diferentes formas (al principio sólo se la podíamos pasar a la persona de al lado, luego la podíamos pasar a cualquier otra persona de la clase siempre y cuando mirásemos a los ojos de dicha persona de manera que pudiera recibir la palmada), decir nuestro nombre y gesticularlo con el cuerpo (después de esto, el círculo entero repetía el nombre realizando el mismo gesto), presentar al compañero que teníamos gesticulando y con un tono de voz alto y claro, decir cualquier palabra que se nos ocurriera, gesticularla y mandarle la palabra a otro compañero mirándolo a los ojos de tal forma que la pudiera recibir (teníamos que hacer el gesto tanto de enviar como de recibir)…
En la sesión de clase de hoy hemos apartado todas las mesas hacia el final de la clase para disponer de espacio. En primer lugar hemos hecho un círculo grande en el que hemos realizado varias acciones: pasar una palmada de diferentes formas (al principio sólo se la podíamos pasar a la persona de al lado, luego la podíamos pasar a cualquier otra persona de la clase siempre y cuando mirásemos a los ojos de dicha persona de manera que pudiera recibir la palmada), decir nuestro nombre y gesticularlo con el cuerpo (después de esto, el círculo entero repetía el nombre realizando el mismo gesto), presentar al compañero que teníamos gesticulando y con un tono de voz alto y claro, decir cualquier palabra que se nos ocurriera, gesticularla y mandarle la palabra a otro compañero mirándolo a los ojos de tal forma que la pudiera recibir (teníamos que hacer el gesto tanto de enviar como de recibir)…
Posteriormente hemos deshecho el círculo ya que teníamos que caminar por todo el hueco que no tenía mesas de la clase, la profesora nos ha dicho que nos encontrábamos en un barco de tal forma que siempre teníamos que estar repartidos por todo el espacio de forma homogénea. No debíamos ir siempre junto a alguien, éramos personas solas y no acompañadas. Mientras caminábamos (no podíamos caminar en círculo) la profesora nos iba dando una serie de indicaciones que eran las siguientes:
1. Saludar al compañero que teníamos al lado justo cuando mencionaba el número
2. Saltar
3. Coger el hombro del compañero de al lado
4. Unir las manos con el compañero que pasaba por el lado
5. Mirar a los ojos del compañero
La profesora decía un número y nosotros teníamos que realizar esa acción con cualquier persona de la clase mientras seguíamos caminando, mientras tanto no podíamos hablar.
Posteriormente, tuvimos que caminar junto a una persona por el “barco”, nos teníamos que adaptar al ritmo mutuamente. Después, la profesora nos puso música y, con las parejas que habíamos caminado, tuvimos que hacer el ejercicio del espejo (en primer lugar una de nosotras realizaba gestos mientras que la otra de forma simultánea la imitaba, y luego al revés), después, siguiendo con la música de fondo para inspirarnos, cambiamos de pareja y realizamos el mismo ejercicio. Al final tuvimos que dejar a la otra persona en forma de estatua describiendo lo que sentíamos en ese momento, la compañera tuvo que realizar lo mismo pero describiendo el sentimiento contrario a lo que sentía.
Por último tuvimos que juntarnos con la persona que realizamos el cuento y juntarnos también con otra pareja. Tuvimos que representar una escena de uno de los cuentos o juntar los cuentos e inventarnos una escena para representar (nosotras hicimos lo segundo). Después de organizarnos tuvimos que salir a representar delante de toda la clase la secuencia.
Mediante esta sesión hemos entendido que es necesario un calentamiento para realizar una representación de teatro. A través de los primeros ejercicios conseguimos expresarnos corporalmente, focalizar la voz de tal forma que llegue a los oyentes, perder la vergüenza y representar lo que sentimos en dicho momento. Cuando realizamos el ejercicio de los nombres y el de las palabras, conseguíamos fomentar la comunicación oral y, sobre todo la originalidad e imaginación. Mediante el ejercicio del barco pudimos tener contacto físico con todos los compañeros de clase, lo que favorece el compañerismo y la pérdida de timidez (ejemplo: mirar a los ojos de una persona con la que no tienes mucha relación incomoda, pero al fin y al cabo es algo que debemos hacer en nuestra vida diaria, de esta forma, podemos lograr a acostumbrarnos). Mediante el ejercicio del espejo podemos escucharnos a nosotros mismos y expresar lo que sentimos en ese momento mediante diferentes movimientos, este ejercicio también promueve la atención ya que el imitador tiene que estar constantemente realizando los mismos gestos que la otra persona.
Cuando realizamos el ejercicio del barco y el del espejo no podíamos hablar puesto que el habla es un recurso que utilizamos cuando estamos nerviosos y no sabemos cómo actuar.
Finalmente, en la representación teatral conseguimos expresar una secuencia y así perder la vergüenza y miedo que tenemos al exponernos a un público (la representación incluye todo lo trabajado con anterioridad: propulsar la voz de forma correcta, establecer diferentes tonos de voz, interpretar sentimientos, gesticular acciones, inhibición de la vergüenza…).
- Con respecto a esta práctica, me he planteado diversas cuestiones:
¿Cómo podríamos realizar un calentamiento adaptado a niños
con dificultades?
¿Cómo podemos adaptar el teatro para que los niños con
discapacidades motrices no se sientan discriminados?
¿El teatro podría ser un recurso para trabajar la comunicación
con los niños que carecen de habilidades sociales?
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