¡VAMOS A CONOCERNOS!
En primer lugar, la profesora propuso el siguiente ejercicio: encontrar a una persona a la que no conociéramos previamente y hablar con esta (explicarle a la otra persona cómo somos, características nuestras, gustos y aficiones…). Después, la profesora fue tirando una pelota a diferentes alumnos hasta que todos fuimos participando. Cuando nos tiraba la pelota, teníamos que explicar al resto de la clase un resumen de todo lo que nos había contado el compañero/a con el que habíamos estado hablando anteriormente.
A través de esta dinámica pudimos aprender diferentes cosas: en primer lugar practicamos el hecho que, a veces, tanto nos incomoda: expresarnos y describirnos ante una persona desconocida. Como consecuencia, trabajamos la escucha activa puesto que teníamos que memorizar cómo era esa persona para luego describirla ante toda la clase. Asimismo, también trabajamos la expresión oral con la finalidad de que cada vez vayamos adquiriendo más confianza y soltura.
Conforme escuchábamos las descripciones del resto de los compañeros nos dimos cuenta de que teníamos más aspectos en común entre nosotros de los que nos pensábamos. Todos estamos cursando la misma carrera pero no nos conocíamos de antes, por lo tanto, tenemos muchos gustos en común como son: las ganas de emprender un nuevo curso y coger con ganas la asignatura, aprobar la asignatura al igual que todas las demás que vamos a cursar este año, las ganas de aprender para poder ser buenos maestros en un futuro, las ganas de innovar, ser creativos y motivar al alumnado…
Esta actividad me pareció muy interesante ya que nos permitió conocer la personalidad y gustos del resto de los compañeros. Esto me parece algo muy sencillo pero a la vez muy importante ya que fomenta la cohesión grupal, es muy positivo emprender nuevos vínculos de amistad y círculos de confianza para así poder trabajar en un ambiente cómodo y productivo.
Al principio me sentí un poco cohibida ya que me daba un poco de vergüenza entablar conversación con una persona que no conocía, a pesar de ello, cuando hablé con mi compañera, la timidez mermó. A través del lenguaje no verbal (sonrisas, gestos para mostrar interés...) me transimitió mucha confianza, me sentí muy cómoda hablando con ella. Por otro lado, me gustó saber curiosidades sobre ella, lo que me ayudó a conocerla y mantener una conversación agradable.
Posteriormente, al tener que explicar las características de mi compañera en voz alta, me puse un poco nerviosa, hablar delante de compañeros que acababa de conocer me daba un poco de vergüenza. Pese a esto, conforme fui escuchando al resto me tranquilicé ya que pude observar que todos teníamos gustos y aficiones parecidas y, además, a la mayoría de ellos también les incomodaba un poco hablar en voz alta el primer día.
Creo que esta actividad la podría llevar a cabo en un futuro con mi alumnado ya que, como he dicho anteriormente, fomenta la cohesión del grupo-clase, lo que contribuye a construir un ambiente agradable y de confianza.
- Las cuestiones que me he planteado sobre este tema son las siguientes.
¿Esta actividad es extrapolable al primer ciclo de Educación
Primaria?
¿Podríamos realizar esta actividad con niños con
dificultades?
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