EL MUNDO DE LA POESÍA
En esta sesión de clase, en primer lugar apartamos las mesas y las llevamos al final del aula para disponer de más espacio. Elena nos dijo que nos debíamos colocar esparcidos por ese espacio sin estar pegados a nadie, es decir, disponer de un diámetro amplio para poder mover brazos y piernas y no molestarnos. Elena puso una música instrumental y tranquila de fondo, nos dijo que debíamos cerrar los ojos y escuchar sus indicaciones, las cuales las daba con un tono no monótono pero calmado y sereno. Hizo un repaso de las diferentes extremidades del cuerpo, las cuales nos debíamos ir tocando y comprobando el estado en el que se encontraban. Nos dijo que sintiéramos como si debajo de nuestros pies hubiesen unas raíces largas que permitían que nos mantuviéramos en un equilibrio constante. Asimismo, también debíamos imaginar un hilo que nos recorría desde los pies hasta la punta de la cabeza y que este mismo tiraba de nosotros para mantener la compostura erguida del cuerpo. Debíamos comprobar las distintas tensiones que tenemos en el cuerpo e intentar deshacerlas y relajarnos. Realizamos esta actividad para agradecer al cuerpo puesto que nunca valoramos ninguna de sus funciones, el cuerpo es el que nos lleva a todos los sitios y con el que realizamos todo tipo de acciones. Además, el mismo es el que sufre las consecuencias tanto físicas como emocionales que sentimos (estrés, cansancio, tensión…).
En esta sesión de clase, en primer lugar apartamos las mesas y las llevamos al final del aula para disponer de más espacio. Elena nos dijo que nos debíamos colocar esparcidos por ese espacio sin estar pegados a nadie, es decir, disponer de un diámetro amplio para poder mover brazos y piernas y no molestarnos. Elena puso una música instrumental y tranquila de fondo, nos dijo que debíamos cerrar los ojos y escuchar sus indicaciones, las cuales las daba con un tono no monótono pero calmado y sereno. Hizo un repaso de las diferentes extremidades del cuerpo, las cuales nos debíamos ir tocando y comprobando el estado en el que se encontraban. Nos dijo que sintiéramos como si debajo de nuestros pies hubiesen unas raíces largas que permitían que nos mantuviéramos en un equilibrio constante. Asimismo, también debíamos imaginar un hilo que nos recorría desde los pies hasta la punta de la cabeza y que este mismo tiraba de nosotros para mantener la compostura erguida del cuerpo. Debíamos comprobar las distintas tensiones que tenemos en el cuerpo e intentar deshacerlas y relajarnos. Realizamos esta actividad para agradecer al cuerpo puesto que nunca valoramos ninguna de sus funciones, el cuerpo es el que nos lleva a todos los sitios y con el que realizamos todo tipo de acciones. Además, el mismo es el que sufre las consecuencias tanto físicas como emocionales que sentimos (estrés, cansancio, tensión…).
Después de esto, tuvimos que leer los diferentes poemas que había colgados por las paredes, podíamos leerlos enteros, algunas estrofas, leerlos de forma desordenada… finalmente debíamos seleccionar una estrofa o verso que nos había gustado más o que más nos hubiese llamado la atención.
Posteriormente, con la persona que teníamos en ese momento al lado tuvimos que cogernos de la mano y caminar. Una de las dos llevaba los ojos cerrados mientras la otra la guiaba y la dirigía hacia el poema que había seleccionado, después, la que tenía los ojos abiertos leía la estrofa/verso seleccionado del poema de forma calmada a la compañera que seguía con los ojos cerrados. Después realizamos lo mismo pero cambiando los roles.
En primer lugar, aprendimos que para leer y poder entender la poesía hace falta que el cuerpo se encuentre relajado y que la mente esté dispuesta a interpretar y buscar el doble sentido que caracteriza tanto a la poesía. Es por esto que nosotros no encontramos dificultades en estar concentrados y comprender cada uno de los poemas expuestos por las paredes del aula.
A través de la actividad que realizamos con el compañero, pudimos poner a prueba nuestra confianza puesto que teníamos que fiarnos de la persona que nos llevaba con los ojos cerrados. Asimismo, debíamos mostrarnos de tal forma (leguaje no verbal) que pudiéramos transmitir tranquilidad a la compañera y así no tuviera dificultades en depositar su plena confianza. Además, la escucha con ojos cerrados nos permitió gozar de la poesía de una forma distinta e incluso imaginar y especular por qué creíamos que nuestro compañero había escogido esa estrofa de ese determinado poema (quizás se podía sentir identificada, quizás simplemente le gustaba la rima…).
Por último, Elena dijo que las parejas con las que habíamos realizado esta actividad nos teníamos que juntar con otra pareja para realizar lo siguiente: debíamos seleccionar varias estrofas de varios poemas que nos habían gustado y elaborar nuestro propio poema (teníamos total libertad para escoger cualquier verso o estrofa y cambiarlo). Además dijo que debíamos ambientar el poema de la forma que quisiéramos (poniendo música de fondo…). Esta actividad la debíamos llevar realizada para la siguiente sesión.
El hecho de juntarnos con diferentes parejas para trabajar y realizar actividades fomenta la comunicación intergrupal. Considero esto muy importante ya que debemos aprender a relacionarnos con todo tipo de personas.
Adjunto la siguiente imagen con una cita de la película "El club de los poetas muertos", me resulta muy interesante ya que recalca la importancia de la poesía.
El hecho de juntarnos con diferentes parejas para trabajar y realizar actividades fomenta la comunicación intergrupal. Considero esto muy importante ya que debemos aprender a relacionarnos con todo tipo de personas.
Adjunto la siguiente imagen con una cita de la película "El club de los poetas muertos", me resulta muy interesante ya que recalca la importancia de la poesía.
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